jueves, 14 de febrero de 2019

EL AYER Y EL HOY EN LA POLÍTICA


Interesante participar en reuniones sobre ideologías y política; entender, especialmente puntos de vista, donde convergen diferentes edades.

Sabiduría y experiencia, notas predominantes; es grato escuchar de los más adultos y sorprende oírlos con vehemencia expresar que, en política, costumbres más sanas se solían practicar.   No menos importante es oír a la juventud vigorosa proponer y francamente reclamar por el legado político que deben recibir.

Así que, he aquí algunas situaciones de las prácticas políticas para cotejar con la realidad.

Ha sido y parece que será que, los partidos políticos vienen y van, y son fuertes según los respaldos del poder económico. 

Y que a las asambleas nacionales, departamentales y municipales hay que endulzarlas para que los proyectos puedan pasar.

Parece que las manifestaciones en plazas se quisieran recuperar; son signo de poder y aceptación popular, pues llevan a visibilizar a los tienen más posibilidades de ganar.
Solo en época electoral se acostumbra visitar y estar con la gente, porque para apoyar, se pide y pide sin cesar, sin analizar de dónde sale la plata, pues es costoso entregar ese “alguito” a la gente.

Ahora bien, es irreal para muchos, pensar que exista comunicación permanente y directa entre comunidad y su representante popular, pues no es fácil dar la cara y enfrentar las promesas hechas solo para ganar. 

El candidato, gran orador debía ser para motivar, pues su carisma y retórica eran vitales para triunfar.  Hoy, con dinero, un gran equipo puede fabricar una imagen para llevar a la gente en masa a votar.  

Pese a las dificultades y tropiezos, no podemos negar los avances en la elección popular, en la asignación presupuestal, en el paso de la papeleta al tarjetón y en las limitaciones de uso del poder evitando que una persona simultáneamente se pudiese elegir popularmente en varias corporaciones públicas y fuese nombrado en cargos públicos sin perder las credenciales obtenidas con el voto popular.   Y hasta hay indignación cuando se intenta revivir alguna de esas viejas prácticas que fueron sepultadas hace mucho tiempo.

Obviamente, algunos cambios en la política y sus grupos se han dado, pero estos no logran impactar lo fundamental, ya que se sigue eligiendo por dinero, poder y popularidad, intentando asegurar “la cuchara” en el corto plazo, para garantizar y aliviar la ansiedad del futuro incierto.  

Sinceramente, me cuestiono al escuchar, que los tiempos han cambiado y, espero llegar a ver el anhelado día en que la educación sea el camino para evitar que la ignorancia siga siendo tierra fértil para engañar y manipular, para alcanzar y mantenerse en el poder.

Y para dejar de idealizar a quienes dicen poder cambiar nuestra realidad, pues el cambio vendrá de la sociedad, cuando la mayoría pueda rechazar las prácticas por fuera de la ética y la moralidad, usando la sanción como control político y social.   Por ejemplo, a quienes usan lo público para beneficio particular, el castigo sería no votar por ellos por su mal proceder.

Por eso, usar este tipo de sanción, es usar ese gran poder, que tiene el ciudadano entre sus manos: el de decidir, y el de asumir la responsabilidad por sus acciones.

@sisi_bq

Artículo publicado el 4 de febrero de 2019, por el Diario La Libertad y el portal Canal Tropical

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