Barranquilla y su época de auge vivieron una intensa actividad cultural con
numerosos teatros como El Ateneo,
Cisneros, Emiliano, Colombia y El Apolo, los cuales permitían desarrollar
muchas actividades artísticas.
Sin embargo, sus espacios culturales decayeron y la Sociedad de Mejoras Públicas
de Barranquilla -SMP-, propendiendo por el desarrollo y por mostrar la imagen
positiva de la ciudad, en 1944 creó
el Comité Pro-Teatro Municipal para contar con un centro cultural.
Tres años después, en 1947, el
médico Rafael Juliao Sarabia, seguramente motivado por su pasión y entusiasmo
por la música, ingresó a la SMP, para trabajar en el reemplazo del teatro Emiliano.
En este orden de ideas, el arquitecto Giancarlo Macchi, siendo joven y un
excelente dibujante y acuarelista de la época, desde la firma Zeisel &
Magagna, presentó el boceto del diseño original del Teatro, iniciándose su construcción
a principios de los años 60 en unos terrenos de la SMP.
Pasaron 15 años, y en el año 1978, el
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, con el fin de promover el desarrollo regional, inicia el Centro de Convenciones en Cartagena, año en que también
llega a la Presidencia de Colombia, Julio
César Turbay Ayala.
Conviene anotar que algunas firmas constructoras de Barranquilla
participaron en la convocatoria de los diseños del Centro de Convenciones y
viendo la magnitud de esa obra ejecutada, impulsan un movimiento para lograr terminar
el Teatro de Barranquilla; era evidente que los deseos cívicos y los bazares,
no eran suficientes para terminar un teatro representativo para la ciudad.
Ellos visualizaron la necesidad de que fuesen asignados recursos del nivel
nacional para la culminación del teatro Amira.
Fue así como, Alexis Barón, hombre cívico y amante de la cultura, propuso
que se le hiciese conocer al expresidente Turbay la necesidad de adecuar y
terminar el teatro. Por un lado, se contactó al arquitecto antioqueño Hernán
Vieco y, por otra parte, estaría Alejandro Obregón para que García Márquez fuese
el otro embajador y enlace con el expresidente y el Banco de la República.
Las gestiones adelantadas finalizaron con la llegada de la comisión del Banco
de la República a Barranquilla y la contratación de las obras de adecuación del
teatro; de esta manera en 1980, la firma “Barón & Macchi Ltda.” definió los
acabados y la parte técnica del teatro, bajo la coordinación de los arquitectos
Hernán Vieco y Alexis Barón.
Para la asesoría en temas de sonido y acústica del teatro, se viajó en
misión a los Estados Unidos, visitándose 74 teatros y las empresas diseñadoras
de los equipos requeridos.
La concha acústica y la tela del telón de boca, fue importada exclusivamente
para nuestro teatro. Tela que fue fijada para que el maestro Alejandro Obregón hiciese
la obra conocida como “Se va el caimán”, la obra más grande del artista.
Finalizaron las obras, y un ballet o sinfónica, fueron las alternativas para
la inauguración del teatro. De ellas se optó por el ballet para aprovechar las
ventajas de la representación del Ballet “Eddy Toussaint de Montreal”, a cargo de Rafael Juliao y para complacer a su hija, ya
que, ella mantenía una relación amorosa con uno de sus bailarines.
Muchos retos e inconvenientes se sortearon para dejar operando el teatro: convencer
que gustos locales no se ajustaban a los diseños de teatros, el vivir casi
permanentemente en la obra para garantizar su terminación y aprender a operar los
equipos porque las primeras funciones fueron maniobradas por sus instaladores y
los operarios no recibieron un entrenamiento adecuado.
Finalmente, el 25 de junio de 1982 fue inaugurado el
teatro por el presidente Julio César Turbay Ayala. Desafortunadamente, la finalización del período
presidencial y la costumbre de no avalar las obras de los gobiernos salientes, impidieron
terminar algunos andenes y el parqueadero del teatro.
Posteriormente, en el año 2016 el teatro fue cerrado, debido al grado de
deterioro en sus estructuras al encontrarse expuestas a ataques medioambientales sin la protección adecuada
durante 14 años (1966-1980), según lo determinaron los últimos estudios
técnicos.
Como salida a esta situación y para dar inicio a la
recuperación del teatro, el 28 de mayo del 2018, la SMP de Barranquilla completó
la donación del teatro al Banco de la
República, en beneficio de las manifestaciones culturales en la ciudad
y la región.
@sisi_bq
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