miércoles, 12 de septiembre de 2018

EXPRESIÓN DEMOCRÁTICA


Hace algún tiempo escuché un consejo: “rechacen los des”; reflejaba ese consejo, entonces: “desilusión, desesperanza, desespero, desencuentro, desamor, deshonestidad, desunión, destrucción, desagradecido, desalentador, etc.”.

Justamente lo recordé cuando muchas personas, incluso líderes, se adueñan de ellas, ignorando sus efectos devastadores y contraproducentes, cuando en su afán de popularidad las quieren imponer.

Ahora bien, tal vez cansados de estos ambientes, la consulta del pasado 26 de agosto llega a confirmar que cerca de 12 millones de los votantes libremente, -léase sin maquinarias- y por voluntad propia, aprovecharon esta oportunidad, -más allá de sus posibilidades constitucionales y políticas-, no solo para expresar su rechazo a tantas decisiones tomadas por nuestros representantes políticos y de gobierno, sino también para dejar “los des” y apoyar la participación, la ilusión, la esperanza, la inclusión y principalmente la honestidad.

Hemos de admitir, que se ha presenciado el surgimiento de una generación con una forma diferente de actuar, que manifestó su participación y deseo de establecer las bases de una sociedad capaz de reconocer lo que quiere y le conviene, sin distingo de vínculos o intereses políticos.  

Nuestro compromiso debiera seguir encaminado hacia una sociedad suficientemente madura y consciente que reconoce las fortalezas y debilidades de las situaciones, actuaciones y de sus gobiernos, con carácter para asumir la responsabilidad y consecuencia por sus acciones.

El llamado es a que seamos capaces de analizar las consecuencias de nuestros actos en la historia de cada región y el país, maduremos y entendamos que el desarrollo y el potencial está en la gente y sus decisiones. Nada tan sanador que reconocer un error, y nada tan restaurador como su reparación.

El compromiso debe ser con la participación en la democracia y en la importancia del voto, como único mecanismo para participar en política: al elegir a nuestros gobernantes y para participar en las decisiones que nos afectan a todos.

En el voto hay poder, hay fuerza; es la expresión individual y colectiva del sentir, querer y pensar de la gente; un indicador comportamental, cultural y político de la sociedad.  Por eso, es y seguirá siendo la forma más perfecta de expresar nuestras realidades y de ejercer eficazmente la democracia.

Ojalá que estos ejercicios democráticos - y preferiblemente organizados por la sociedad en general- se den para que podamos expresarnos libremente y ejercer una verdadera participación ciudadana que vigile la gestión pública, en procura únicamente del bienestar público y el mejoramiento de la vida de todos los colombianos.

@sisi_bq

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