De las diferentes iniciativas de sostenibilidad quizá el Pacto Global liderada por las Naciones Unidas, sea la más conocida. Esta busca desarrollar, implantar y divulgar políticas y prácticas de sostenibilidad empresarial, ofreciendo a sus integrantes una amplia gama de recursos y herramientas de gestión que permitan ayudar a implementar modelos de negocio y desarrollo sostenible.
Colombia
tiene aproximadamente 600 organizaciones que integran la red, la cual tiene nodos
departamentales y distritales con presencia en el Atlántico, Valle, Bogotá,
Antioquia, Tolima y Bolívar.
Para
generar conocimiento del pacto global y la generación de proyectos sociales y
ambientes, 13 empresas se han unido al pacto del nodo Atlántico, desde su
lanzamiento en el año 2013: La Universidad del Norte, Expreso Brasilia, Sociedad
de Acueducto, Alcantarillado y Aseo, Electricaribe, Telefónica Movistar, Fundación
Zoológico de Barranquilla, Asociación Nacional de Empresarios -ANDI, Cámara de Comercio,
Promigas y Oficaribe. El Grupo Logis, Metrotel y Gecelca actualmente se
encuentran inactivas y otras pertenecen al nodo central.
En
términos de desarrollo sostenible hay mucho por hacer ya que las instituciones tienden
a concentrarse en temas filantrópicos, de compromiso social -especialmente en
su zona de influencia-, y en aspectos medio ambientales por la facilidad para medir
y presentar resultados -a pesar de la complejidad de algunos programas que se
implementen.
Pacto
Global Atlántico no tiene una estructura formal, opera con dinámica colaborativa,
la cual hace posible el desarrollo de actividades de sensibilización en temas de
lucha contra la corrupción, medición huella de carbono y trabajo infantil en la
cadena de suministros.
El
doctor Camilo Mejía desde la Escuela de Negocios de la Universidad del Norte,
lidera el nodo Atlántico, y asegura: “el desarrollo sostenible no es un tema de
filantropía sino estratégico, de vista empresarial”; la falta de claridad en el
concepto de desarrollo sostenible impide visualizar su importancia en el largo
plazo.
¡No
somos sensibles a esa realidad!.
Debería
ser prioridad asimilar el concepto de desarrollo sostenible y sus ventajas
competitivas, los indicadores que muestren el incremento de la productividad y los
aportes a la sanidad del ambiente social. Igualmente, importante el crecer en
desarrollo sostenible, no solo jalonando a los proveedores de las empresas
comprometidas para alinearse a la cadena global empresarial, sino contando con
la voluntad política para generar más compromiso y sacar adelante iniciativas para
construir un “Territorio Socialmente Responsable”.
En
definitiva, estas acciones son necesarias para lograr una inversión social
fundamentada en programas sostenibles, que garanticen un gran impacto y la
efectividad en el uso de los dineros invertidos, evitándose financiar proyectos
que nacen muertos pues son concebidos sin mercados, con diseños inapropiados o visión
cortoplacista.
De
esta forma requerimos avanzar para que las necesidades y los diagnósticos de la
sociedad, se plasmen en proyectos sostenibles que generen resultados e
indicadores de impacto que hablen por sí mismos de riqueza y bienestar.
@sisi_bq
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