Por Sisi Llinás
Los puertos son un negocio de
conectividad que mueve grandes volúmenes de carga, rápidamente y a bajo costo, expresaba
el representante del Canal de Panamá en el foro Expoportuaria realizado en
Barranquilla y además enfatizaba que, aunque muchas veces las inversiones se
centran en la infraestructura, no menos importantes son el software y la
eficiencia en los procesos de liberación de la carga ya que estos definen la competitividad
del puerto.
Nuestro Puerto de Barranquilla, que tiene un tráfico permanente desde
1936 y que realmente es “es la Zona Portuaria del río Magdalena –ZPRM-, pues en
el mismo puerto confluyen dos departamentos y tres municipios de cinco
posibles” (Lequerica. E; 2017), está ubicado sobre los últimos 40 km de la desembocadura
del río Magdalena al margen de dos tajamares, uno a cada orilla del río, que
estrechan las bocas del río, las Bocas de Ceniza, para que la fuerza y la
velocidad de la corriente, mueva los sedimentos y permita la navegación.
Hemos crecido escuchando que el canal
de acceso al puerto no tiene el calado óptimo que permita la entrada y/o salida
de buques grandes por la sedimentación de la interacción del mar con nuestro río
Magdalena. Sin embargo, esta condición del acceso a los puertos puede y debe
superarse.
Por su naturaleza, todos los puertos
sobre desembocaduras de ríos tienen un límite en su calado o profundidad que
está definido por las condiciones del propio río y su encuentro con el mar,
restringiendo así el ingreso de grandes barcos, nos comenta Álvaro Mendoza
exdirector de Cormagdalena. Es por ello que puertos como Bilbao, Rotterdam o
Valencia crecieron hacia el mar y se convirtieron en puertos de aguas
profundas, al tiempo que especializaron y fortalecieron sus puertos interiores.
“La ciudad debe avanzar rápidamente integrando
los puertos actuales con el puerto de aguas profundas” y se deben construir las
vías necesarias -inclusive férreas- para facilitar la comunicación con el resto
del país. En pocas palabras, sino crece hacia afuera, hacia el mar, el puerto
de Barranquilla quedará limitado por su máxima capacidad de profundidad, concluye
el capitán Mendoza.
Conviene contar y asimilar una
historia con más de 100 años, la de Bocas de Ceniza, Barranquilla y su puerto
para comprender lo dicho por nuestro nobel de Literatura en 1955: “La historia de Bocas de Ceniza, con sus
cumbres y sus abismos, interrupciones y tropiezos, es un reflejo fiel de la
historia de la administración nacional en los últimos 50 años…”, por eso
seguiré investigando y escribiendo sobre el tema.
Artículo publicado en el Diario La Libertad el 22 de enero de 2018
http://lalibertad.com.co/wp/2018/01/22/bocas-de-ceniza-una-historia-con-mas-de-100-anos-entrega-1/
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