Cuando todo parecía estar funcionando
en Bocas de Ceniza, surge en Siape la Isla 1972¸ originándose un desplazamiento
considerable del Río hacia la margen oriental y la formación de un canal secundario
entre ella y la ciudad; y con ellos el deterioro de los muelles.
Fue así como en 1984 se intensificó el
dragado del sector, con las dragas Hang Jun y Volvox Delta para solucionar el
problema; pero a pesar que se mejoró la profundidad del canal, no se logró su estabilización.
Por tanto en 1988 se hacen necesarias las
obras para estabilizar el acceso al puerto con la construcción del dique
direccional (de 1200 mt.). Las obras
inician en 1993 y se inauguran el 5 de agosto de 1994, permitiendo así que la
condición de las Bocas se recuperara a como estaba antes de 1972.
La dinámica mundial en
los años 90 se da también en el sector portuario colombiano con la expedición de
la Ley 01 de 1991 o de “Estatuto de Puertos Marítimos”.
Esta Ley permitió la liquidación
de la empresa estatal “Puertos de Colombia” y la creación de la “Superintendencia de Puertos y Transporte” (antes
Superintendencia General de Puertos) para administrar, facilitar, promover
e impulsar la actividad portuaria marítima y fluvial nacional.
Esta nueva entidad entregó
en concesión el Terminal Marítimo y Fluvial de Barranquilla a la Sociedad
Portuaria Regional de Barranquilla S.A. (SPRB); y la concesión de la
construcción de un complejo industrial y portuario de aguas profundas y uso
múltiple cerca a la desembocadura del río Magdalena, a la Sociedad Colombiana
de Desarrollo Portuario S.A. (SOCODEP S.A.).
Sin embargo muchas
diferencias surgieron con la construcción del llamado “SuperPuerto” cuando el Gobierno
informa que debe hacerse un nuevo estudio ambiental y se suspende la concesión
del puerto de aguas profundas (El Tiempo. Puja por SúperPuerto Carbonero. 1996).
Posteriormente la
concesión para construir un puerto de aguas profundas en el tajamar occidental
de la desembocadura del río Magdalena fue aprobada a la Sociedad Portuaria
Bocas de Ceniza (SPBC). “Muy a pesar de los acontecimientos
funestos de la primera concesión urge el puerto de aguas profundas, hoy más que
nunca es más importante avanzar y lograr el anhelado desarrollo económico de
Barranquilla y del país, el cual ha estado frenado durante los últimos 26 años”,
precisa Edgardo Arzuza, socio de SOCODEP.
Pareciera que esto es una historia de
nunca acabar; las opiniones no están unificadas entre los escépticos, los
indiferentes y los que soñamos con un puerto marítimo y fluvial que permita el
ingreso de los barcos más grandes del mundo a Barranquilla, que genere gran
desarrollo para la ciudad y el país.
Curioso
que hoy Barraquilla reclame cosas importantes que en otro tiempo fueron cedidas
y tenidas en el pasado, nos comenta Enrique Lequerica.
Por un lado, la draga permanente del Estado existió
desde 1947 hasta 1965 y la privada desde finales de los 90s hasta el 2011,
cuando el Gobierno liberó la condición de bandera colombiana y permitió la
contratación de dragas extranjeras. Por
otro lado, un laboratorio hidráulico, inaugurado
en 1972, el cual fue trasladado en 2013 por la Corporación Autónoma
Regional del Río Grande de la Magdalena –Cormagdalena- al Tolima.
Laboratorio necesario
para realizar un monitoreo constante en el comportamiento del Río e identificar
con anticipación las situaciones que crean las crisis en el canal de acceso.
Hoy nos encontramos
expectantes ante las obras de mantenimiento y mejora de los tajamares
deteriorados y de conocer los impactos sobre las afectaciones de la corriente y
sedimento sobre los pilotes del nuevo puente sobre el río Magdalena.
Obviamente este escrito se queda corto,
porque no registra las cifras de las inversiones realizadas, lo cierto es que la
historia habla por sí sola y pareciera que 100 años no han sido suficientes
para entender la importancia de Bocas de Ceniza en Barranquilla para el país.
Pero si confirma la falta de
planificación y de voluntad política, el exceso de centralismo y los muchos intereses
creados, así como negocios que han impedido darle continuidad a Bocas de Ceniza. Y obviamente la cantidad de proyectos y
estudios definitivos, aciertos, errores y rectificaciones son el caballito de
batalla de los detractores de Bocas de Ceniza.
Por ello se requiere de manera urgente
en Barranquilla un liderazgo colectivo para hacer realidad proyectos, que no
solo integre las voluntades de las partes de los sectores involucrados, sino
que gestione con firmeza y decisión, políticas a nivel nacional en pro del
desarrollo portuario, ambiental y turístico de un majestuoso lugar ubicado en
las Flores. Porque las obras del canal
navegable del Río Magdalena en el Puerto de Barranquilla son competencia del
Gobierno Nacional (Ley 01 de 1991).
Lo cierto es que necesitamos un puerto
operante durante todo el año; somos una ciudad portuaria y debemos asumir
debidamente ese rol.
De ahí la importancia de conocer
nuestra historia, analizarla e identificar lo relevante y conveniente, para unir
esfuerzos y avanzar con una sola voz, con proyectos que permitan seguir consolidando
a Barranquilla como una ciudad muy importante, como lo son todas aquellas que
poseen el privilegio de tener río y mar.
Artículo publlicado en el Diario La Libertad el día 20 de febrero de 2018 http://lalibertad.com.co/wp/2018/02/20/bocas-de-ceniza-una-historia-con-mas-de-100-anos-final/
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