Para una gran mayoría lo
público suena a corrupción; prácticas dañinas como la compra de votos,
populismo, engaño, soborno, etc., -consideradas por muchos como normales y
hasta necesarias- fortalecen esta percepción de lo público, pisoteando una de
las vocaciones más valiosas de la humanidad: el ser político.
Ser político o hacer
política es participar en lo público, es decir participar en las decisiones de
aquello que es de todos y de nadie pero que te benefician o perjudican y por
tanto debiera ser relevante para toda la comunidad.
Es cierto que actualmente hay
mucho escepticismo ante la política, y muchos prefieren estar alejados del
sector público lo cual es preocupante toda vez que estamos dejando espacio para
que las tradicionales prácticas nocivas que frenan el desarrollo socio-económico
que tanto nos molestan y aquejan; sigan cosechándose y teniendo sus malos
frutos en las instituciones.
Definitivamente mucho mal
hace la corrupción y la falta de participación de quienes pueden hacer buenos
aportes a lo público, en otras palabras buenos aportes al desarrollo y
bienestar colectivo.
Necesario recalcar que las
personas con liderazgo en lo público deben tener la capacidad de hacer una
lectura adecuada de la realidad y poseer unos principios y valores claramente visibles
en su vida acordes con su actuar y proceder que le han permitido ganarse el
respeto y autoridad.
Que entiendan el servir como
la labor loable para producir el bien común, que sepan cómo se fortalecen a las instituciones, que su vocación de servicio
esté por encima de cualquier preferencia o interés sectorial en particular y que
con ello pueda ser el vínculo articulador
de todos los sectores para construir los planes desarrollo mediante una
verdadera participación ciudadana, ya que lo público debe ser público y estar
al servicio de la comunidad.
No menos importante es que
sus actuaciones en lo público sean correctas y beneficiosas para la colectividad
y que hayan sido piedra de tropiezo ante la corrupción.
Es por ello que ante la
necesidad imperante de un buen liderazgo político, requerimos personas que amen
y entiendan el verdadero significado de lo público y que a partir de sus decisiones
dignifiquen al sector público, para lograr motivar y atraer a los llamados a producir
los cambios profundos que exige el mundo globalizado y competitivo.
Correo:
sisi.barranquilla@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario