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Existen formas de hacer aportes a lo público, unas en donde el ciudadano puede votar, elegir a sus gobernantes o ser elegido para gobernar y otras en donde socialmente organizado participa vigilando la gestión pública que debe buscar necesariamente el bienestar público y mejorar las condiciones de vida.
Existen formas de hacer aportes a lo público, unas en donde el ciudadano puede votar, elegir a sus gobernantes o ser elegido para gobernar y otras en donde socialmente organizado participa vigilando la gestión pública que debe buscar necesariamente el bienestar público y mejorar las condiciones de vida.
Ocupándonos de las segundas,
la Ley 850 de 2003 reglamenta la participación democrática de las
organizaciones civiles y en su artículo 1 define la Veeduría Ciudadana como el
mecanismo que le permite a los ciudadanos u organizaciones comunitarias,
ejercer vigilancia sobre la gestión pública, encargada de la ejecución de un
programa, proyecto, contrato o de la prestación de un servicio público.
Al respecto, conversamos con
María Eulalia Arteta1 quien plantea que esta participación debe
robustecerse a través de un grupo técnico interdisciplinario de la denominada
sociedad civil, que monitoree permanentemente los planes y pueda servir de
apoyo a los gobernantes, de marco de referencia para plantear sus programas y
planes de gobierno, con sus
particularidades, enfoque y visión; sin olvidar los proyectos y programas
desarrollados en periodos anteriores y merecen continuidad. Esto debido a que considera la participación
actual muy tangencial ya que solo corresponde a espacios de tiempo muy
limitados y con información restringida que no permiten el análisis profundo de
los invitados a participar en ellos. “Si por el contrario, este grupo técnico
permanentemente elabora y monitorea planes y proyectos públicos; la
participación en las decisiones públicas será un excelente complemento a las
actividades y competencias de la tarea de los gobernantes y permitirá una
planeación y acción de largo plazo”, complementa.
Efectivamente la sociedad
debería velar para que las inversiones en lo público correspondan a una
planificación estructurada con proyectos priorizados y articulados entre sí,
impidiendo además que se realicen obras que no impacten debidamente lo
económico, social y ambiental.
Cabe aquí el cuestionamiento
de Arteta cuando pregunta “dónde estaba el liderazgo de la ciudad cuando se
permitió que las decisiones se tomaran en otro lugar y se llevaron el
Laboratorio de Hidráulica de las Flores?”.
De manera que la
participación ciudadana no debe ser un cumplimiento de requisitos y de ahí que
una sociedad pensante e inteligente como la nuestra, debería participar más
activamente en las decisiones que impactan directamente nuestro desarrollo y
bienestar; así como lo hacen otras sociedades maduras.
Así podríamos evitar que lo
sucedido con las empresas de los servicios públicos vuelva a acontecer en otra institución en
donde haya participación de dineros públicos.
Definitivamente se necesita
más educación y educación integral y para todos, para que colectivamente
podamos hacer una lectura real de los hechos y dejar de comer cuento con falsas
promesas electorales y atrevernos a participar decididamente más en lo
público.
1 Arteta, María Eulalia. Magister en Economía e Ingeniera
Industrial. Directora del Parque Cultural del Caribe, Ex asesora de la Red
Nacional de Bancos de Proyectos del BID, ex Directoria del DANE y ex Secretaria
de Planeación del Departamento.
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