lunes, 29 de octubre de 2018

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA



Cuando de identificar y reconocer los avances y logros de la modernidad, obviamente los alcanzados en las telecomunicaciones, son los más mencionados. Resultan maravillosas las múltiples herramientas para comunicarnos; en este orden de ideas, estamos hablando de las redes sociales, las cuales permiten relacionarnos fácilmente con conocidos y extraños.

Por otro lado, para nadie es un secreto que el manejo de las redes puede ser complicado; tan complicado que, muchas veces se contratan expertos como mecanismo de seguridad y protección, para proteger la imagen o para garantizar la fidelidad en los seguidores.

Definitivamente, estamos ante una nueva forma de comunicarnos y relacionarnos y como todo sistema de comunicación, es importante mantenerse activos y vigentes. 

Quienes usamos redes sociales, infortunadamente estamos expuestos a una gran cantidad de información dañina, desagradable y perjudicial; perjudicial a una sociedad vulnerable, ávida de educación y poco reflexiva, que rápidamente reacciona ante situaciones o hechos, olvidando el respecto, la solidaridad y educación a la hora de interactuar.

Cabe anotar que algunos líderes de la comunicación, dejando de lado la ética y el compromiso con la verdad, la responsabilidad de informar y educar, lesionan su estima y credibilidad. Quizá las ansias de dinero y poder, y ganas de influenciar, los llevan a crear una falsa realidad olvidando el daño que se hacen a sí mismos y a la sociedad.

No hay mal que por bien no venga”, reza un adagio popular.  Por eso, aunque muchos siguen influenciando, el mensaje se recibe de forma diferente porque se ha generado inquietud al comprobar la veracidad de los contenidos generados.

No en vano escuchamos: “¿quién dijo?, ¿quién escribió eso?”, “con razón”, “ah, pero es que representa a …”, “ya salió a defender a mengano o a zutano”, “si para eso le pagan”, etc.

En fin, aunque exista una tendencia por mantener “el dime que yo te diré”, las polarizaciones, la defensa de los intereses personales, la falta de solidaridad con el hermano colombiano y con algunas situaciones, sus desatinos y salidas en falso, también nace una tendencia por analizar los mensajes y afirmaciones de quienes gozan de gran respaldo y popularidad.

@sisi_bq



Publicado en http://diariolalibertad.com/sitio/2018/10/29/no-hay-mal-que-por-bien-no-venga/


lunes, 15 de octubre de 2018

¿MENTIR, O QUE TE MIENTAN?


Uno no debe mentir porque le hace mal a la otra persona, y, además, a nosotros no nos gustan que nos mientan, yo no quiero mentir”, respondió un niño a quién pregunté: ¿prefieres mentir, o que te mientan?. 

Desafortunamente con el paso de los años esta claridad mental se va perdiendo; y la responsabilidad, los compromisos, la cordialidad y la educación son algunas de las excusas usadas para aceptar la mentira, y la falta de sinceridad y honestidad. 

Parece ser que la mentira, es una mala costumbre que se ha logrado instaurar, tal parece que … por el mundo estar.   Ignorando por completo los efectos de esta nefasta enfermedad cuando se afirman, creen y defienden hechos y situaciones alejados de la realidad; y se crean situaciones ficticias y difíciles de erradicar, cuando enceguecidos nos negamos a aceptar la mismísima verdad.

No en vano Colombia ocupa lugares bajos en términos de relación de confianza reciproca entre personas, nos cuenta confiar en el otro, nos cuesta pensar bien del otro; obviamente la historia de violencia e injusticia social son factores que nos condicionan y lamentablemente ayudan a reafirmar esos patrones comportamentales.  La encuesta mundial de valores -EMV 2010-2012 confirma esta realidad.

Irónico es pues que, para cumplir la palabra necesitamos firmar acuerdos y hasta de un tercero para cumplirlo a cabalidad. 

A diario observamos como el dinero, status, poder y popularidad están por encima profesionalismo y la credibilidad; cuando se utilizan talentos, relaciones y conocimientos para posicionar una idea o producto solo por un beneficio en particular, olvidando el efecto nefasto que produce en su propia familia y comunidad la cual dicen defender a cabalidad.

Llegamos a las mentiras a bautizar, “piadosas” las solemos apellidar; seguramente porque así, nos permitirnos y sentimos cómodos al engañar.

Cuan valioso educar para admitir que debemos dejar de engañar y reconocer los miedos y temores, la falta de afectos y aprobación que se esconden en las trampas de la falsedad.  Necesitamos asimilar que la confianza es vital una buena vida social y para la resolución de los conflictos con actitudes y comportamientos sanos para todos.

Así que, si a gusto no estás con tantas mentiras que escuchas sin cesar y por la falta de valores en la sociedad, tu ejemplo es la clave para influir e impactar, siendo de esas personas que generan confianza y credibilidad y contribuir a rescatar el valor de la palabra con tu actuar.

@sisi_bq


Publicado en http://canaltropical.co/new/?p=97644

jueves, 4 de octubre de 2018

74 AÑOS DE UN SUEÑO LLAMADO “TEATRO AMIRA DE LA ROSA”



Barranquilla y su época de auge vivieron una intensa actividad cultural con numerosos teatros como El Ateneo, Cisneros, Emiliano, Colombia y El Apolo, los cuales permitían desarrollar muchas actividades artísticas. Sin embargo, sus espacios culturales decayeron y la Sociedad de Mejoras Públicas de Barranquilla -SMP-, propendiendo por el desarrollo y por mostrar la imagen positiva de la ciudad, en 1944 creó el Comité Pro-Teatro Municipal para contar con un centro cultural.

Tres años después, en 1947, el médico Rafael Juliao Sarabia, seguramente motivado por su pasión y entusiasmo por la música, ingresó a la SMP, para trabajar en el reemplazo del teatro Emiliano.
En este orden de ideas, el arquitecto Giancarlo Macchi, siendo joven y un excelente dibujante y acuarelista de la época, desde la firma Zeisel & Magagna, presentó el boceto del diseño original del Teatro, iniciándose su construcción a principios de los años 60 en unos terrenos de la SMP.

Pasaron 15 años, y en el año 1978, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, con el fin de promover el desarrollo regional, inicia el Centro de Convenciones en Cartagena, año en que también llega a la Presidencia de Colombia, Julio César Turbay Ayala.

Conviene anotar que algunas firmas constructoras de Barranquilla participaron en la convocatoria de los diseños del Centro de Convenciones y viendo la magnitud de esa obra ejecutada, impulsan un movimiento para lograr terminar el Teatro de Barranquilla; era evidente que los deseos cívicos y los bazares, no eran suficientes para terminar un teatro representativo para la ciudad.

Ellos visualizaron la necesidad de que fuesen asignados recursos del nivel nacional para la culminación del teatro Amira.   Fue así como, Alexis Barón, hombre cívico y amante de la cultura, propuso que se le hiciese conocer al expresidente Turbay la necesidad de adecuar y terminar el teatro. Por un lado, se contactó al arquitecto antioqueño Hernán Vieco y, por otra parte, estaría Alejandro Obregón para que García Márquez fuese el otro embajador y enlace con el expresidente y el Banco de la República.

Las gestiones adelantadas finalizaron con la llegada de la comisión del Banco de la República a Barranquilla y la contratación de las obras de adecuación del teatro; de esta manera en 1980, la firma “Barón & Macchi Ltda.” definió los acabados y la parte técnica del teatro, bajo la coordinación de los arquitectos Hernán Vieco y Alexis Barón.

Para la asesoría en temas de sonido y acústica del teatro, se viajó en misión a los Estados Unidos, visitándose 74 teatros y las empresas diseñadoras de los equipos requeridos.
La concha acústica y la tela del telón de boca, fue importada exclusivamente para nuestro teatro. Tela que fue fijada para que el maestro Alejandro Obregón hiciese la obra conocida como “Se va el caimán”, la obra más grande del artista.

Finalizaron las obras, y un ballet o sinfónica, fueron las alternativas para la inauguración del teatro. De ellas se optó por el ballet para aprovechar las ventajas de la representación del Ballet “Eddy Toussaint de Montreal”, a cargo de Rafael Juliao y para complacer a su hija, ya que, ella mantenía una relación amorosa con uno de sus bailarines.

Muchos retos e inconvenientes se sortearon para dejar operando el teatro: convencer que gustos locales no se ajustaban a los diseños de teatros, el vivir casi permanentemente en la obra para garantizar su terminación y aprender a operar los equipos porque las primeras funciones fueron maniobradas por sus instaladores y los operarios no recibieron un entrenamiento adecuado.

Finalmente, el 25 de junio de 1982 fue inaugurado el teatro por el presidente Julio César Turbay Ayala. Desafortunadamente, la finalización del período presidencial y la costumbre de no avalar las obras de los gobiernos salientes, impidieron terminar algunos andenes y el parqueadero del teatro.

Posteriormente, en el año 2016 el teatro fue cerrado, debido al grado de deterioro en sus estructuras al encontrarse expuestas a ataques medioambientales sin la protección adecuada durante 14 años (1966-1980), según lo determinaron los últimos estudios técnicos.

Como salida a esta situación y para dar inicio a la recuperación del teatro, el 28 de mayo del 2018, la SMP de Barranquilla completó la donación del teatro al Banco de la República, en beneficio de las manifestaciones culturales en la ciudad y la región.


@sisi_bq

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