jueves, 4 de enero de 2018

LA FAMILIA, FUENTE DE RESTAURACIÓN Y TRANSFORMACIÓN


Momentos y sucesos hay en nuestras vidas que permiten que dejando de mirar hacia afuera, lo hagamos hacia adentro.  Esto me sucedió cuando escuchando una homilía se recordaba a quien tuvo la fortuna de vivir durante 102 años.

No es de extrañar que por esta época navideña afloren estas sensaciones a pesar del mundo agitado que marcha a millón, en el que quizás no hay tiempo para reflexionar en cómo nos podrían recordar.   Porque lo queramos o no, nuestras acciones serán siempre recordadas especialmente por quienes nos amaron.

Y es que lo hecho es decir nuestras acciones, es lo que puede trascender animando a otros a caminar por el sendero alguna vez caminado.  Por eso con gran firmeza el sacerdote en el oficio decía: “lo dado y entregado a los demás será esa semilla que necesitaba morir para germinar y crecer en los que estuvieron a nuestro lado”. 

Es probable que experimentemos que aprendemos del ejemplo;  que las acciones son las voces fuertes que educan y establecen relaciones permitiendo así dejar un legado especialmente a la familia y porque no a toda la sociedad.  

Definitivamente la familia es por excelencia la gran educadora y puede llegar a ser el “mecanismo número uno anti-corrupción” (Bolívar, 2017) ya que es allí en donde aprendemos los valores y buenas costumbres.

En realidad en la familia se siembra y se fortalecen los valores y principios hacedores de la sociedad, de la ciudad y el país; de ahí la necesidad de comprender la importancia de la honestidad, la alegría y la solidaridad a rescatar en nosotros y en la familia.

Soy defensora de la familia y por ser el pilar fundamental de la sociedad debería estar inmersa en los planes de desarrollo con acciones y proyectos que la fortalezcan; con procesos educativos y culturales a mediano y largo plazo, que nos permitan recordar y/o comprender su valor para enfrentar los retos presentes y futuros.

Porque muchos beneficios y efectos restauradores hay en el ser cuando se encuentra el calor y el apoyo familiar.

Así nuestros deseos sinceros para que la prosperidad espiritual y material acompañe a las familias en estas navidades y en el fin de año; para celebrar la renovación del amor filiar; y para que el enseñar y aprender a escuchar al otro, a cooperar y a construir metas colectivas sean propósitos para el nuevo año, 2018.


Correo: sisi.barranquilla@gmail.com

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