martes, 24 de octubre de 2017

LO QUE SE ESTILA



Aparentemente esta frase es inofensiva, porque solo quiere decir que algo está de moda o es una costumbre, pero qué peligrosa resulta cuando “lo que se estila” se convierte en la frase del argot popular, utilizada en todos los estratos sociales, con mucha naturalidad, para expresar que las acciones indebidas, corruptas y poco éticas se justifican por la frecuencia con la que ocurren.

Hoy, “lo que se estila” es la frase que usan aquellos que, sin sonrojarse, quieren convencernos de lo correcto de sus acciones cuando han decidido favorecer a un tercero para su propio beneficio o cuando sustraen dinero de empresas, públicas o privadas, para satisfacer sus placeres o los de sus dirigentes, sin que les importe que este comportamiento es el que ha causado la crisis en el sector salud, los servicios de transporte público, energía y agua, alcantarillado y aseo, por mencionar sólo las más críticas.

Está claro que el uso actual de “lo que se estila” no es otra cosa que un parafraseo para la corrupción, que intenta hacernos creer que este comportamiento es propio de una sociedad civilizada.

Esto no es cierto. Así que – a pesar de que “lo que se estile” – sean las actuaciones deshonestas y deshonrosas, estas no son parte de nuestra cultura e idiosincrasia, así que no tenemos que aceptarlas ni permitirlas.

Nuestra nación está viviendo momentos de incertidumbre y procesos de cambios significativos, todos tenemos la responsabilidad de sustentar estos cambios en principios y valores morales universales para que “lo que se estile” sean acciones correctas, acciones que busquen el bien común, acciones que practicamos nosotros mismos y que reclamemos de nuestros líderes políticos, religiosos y empresariales.


Correo: sisi.barranquilla@gmail.com

Publicado en el Diario La Libertad el 16 de octubre de 2017

martes, 3 de octubre de 2017

EL ARTE DE DEJARNOS DISTRAER


Hoy me refiero con ocasión del pasado partido de la Selección Colombia en Barranquilla, del perro; perro que los espectadores vimos dentro del campo de juego ad portas de finalizar el primer tiempo.

Este suceso trajo consigo preguntas, risas e hipótesis llamando la atención de muchos.  “Mira un perro en la cancha”, “¿de dónde salió el perro?”, “que chistoso el perro ahí”, “¿cómo dejaron entrar al perro?”, “¿por qué no han sacado el perro?”, etc., etc., etc.; y fue tal el impacto que hasta la prensa local sacó una nota periodística aclarando esas dudas.

Sin embargo; no sin antes resaltar la creatividad y el gran ingenio colombiano para plasmar los imaginarios sociales y culturales que llegan a ser virales en las redes, propongo mirar más allá de lo percibido por los ojos;  ya que precisamente después de este suceso del perro en la cancha del Metropolitano llegó el gol en contra de Colombia y con él un silencio ensordecedor. 

Y una gran explicación, por supuesto macondiana: el perro fue el culpable de la anotación.  No quiero echar a volar la imaginación si la selección no hubiera igualado el partido.

¿Pero qué pasó?.  No estábamos preparado por ello, aún estábamos chachareando y felices cuando ese gol llegó y como un baldado de agua fría acabó con el alboroto hecho por el canino. 

Definitivamente oportuno para pensar y reflexionar; para discernir qué tan atentos y alertas estamos para dejar nuestras metas y objetivos; qué tan rápido superamos las distracciones.   ¿Será que este suceso es un reflejo del acontecer colombiano?; con cuanta facilidad nos dejamos llevar por sucesos insignificantes que ponen en riesgo lo valioso y verdadero.

Con cuanta frecuencia el ruido del día a día, hace que se abandonen los esfuerzos por cultivar la paz, el amor, la solidaridad, la equidad, el respeto, o los esfuerzos para poder dar el verdadero valor a la vida y al bien común. ¿Qué tanto nos involucramos en discutir por las redes asuntos que están lejos de los intereses que nos hacen crecer como persona y nación?.


Lo anterior no quiere decir que la diversión o las distracciones no sean importantes, porque efectivamente necesarias son para el desarrollo integral del ser.  Tampoco es una crítica; es tan solo una invitación a analizar, a estar despiertos y concentrados en lo verdadero importante: el bienestar social y económico de todo el país.


Publicado en el Diario La Libertad el 2 de octubre de 2017   


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