sábado, 18 de marzo de 2017

DECISIONES QUE TRANSFORMAN

Por: Sisi
Artículo publicado en el Diario La Libertad el 7 de marzo de 2017

Correo: sisi.barranquilla@gmail.com
Twitter: @sisi_bq

Motivada por la célebre frase “Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla” y por la exhortación dada por el Papa Francisco de aprender de la sabiduría buscándola en aquellos que la han adquirido, he estado charlando con diversas personas, expertos temáticos y no tan expertos, y he conocido muchas de sus experiencias sobre cómo el colectivo toma sus decisiones y cómo éstas han marcado el presente y futuro de nuestra región encontrando reflejada en ellas la identidad macondiana. 

La diversidad de opiniones es fantástica. Los hay inconformes por no haber podido ser partícipes de forma más directa y activa en las decisiones de su región; los hay también indiferentes a los hechos de nuestra ciudad, región  y país; otros tantos a los cuales el negativismo y queja invade su existir; otros hacedores incansables, inquietos que luchan día a día por alcanzar sus ideales; y aquellos con un deseo ferviente de romper las reglas preestablecidas por la sociedad porque consideran que hay muchas barreras que impiden que otros surjan y piden que sus voces y conocimientos sean escuchadas y tenidas en cuenta para aportar a su región.

Seamos honestos, no hay duda que el grupo de los indiferentes ante el acontecer de lo que ocurre con nuestros niños,  jóvenes, instituciones y los llamados líderes es muy alto; quizá solo a la expectativa de que se difunda un nuevo escándalo de corrupción así como sus posibles implicados.   Pero teniendo la capacidad de leer nuestra historia y de analizar el presente, nos urge aprender cada día a trabajar en equipo en pro del bien supremo y hacer uso de la facultad natural del ser humano para alcanzar su propia realización: la libertad para decidir. Dejemos de culpar al Estado por la corrupción, más bien asumamos nuestra responsabilidad y propongámonos a actuar y obrar diferente para hacer lo que se debe hacer permitiéndonos de esta forma integrar organizadamente el grupo de aquellos que deseamos una mejor vida y más participación en las decisiones colectivas de la sociedad.  

Bien oportuno resulta hoy lo dicho por Einstein, "Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo",  recordemos que nos corresponde a nosotros cambiar la forma de afrontar las situaciones.   Dejemos de quejarnos y preguntémonos qué hacemos para mejorar aquello que no está bien y que nos daña como sociedad,  porque de nuestras decisiones y actuaciones dependerá si fortalecemos o frenamos la corrupción. 

Ahora bien, entonces reflexionemos ¿qué tan libres somos?, ¿qué valoramos y a quién valoramos?; decidimos libremente a conciencia o por el contrario estamos en un estado de servidumbre y hemos entregado nuestro bien más preciado a otros, para que directa o indirectamente decidan por nosotros. No puede ser posible que sigamos permitiendo que los intereses personales estén por encima de la ética y del conocimiento,  ya que pisoteamos los esfuerzos, la entrega, la dedicación y los sacrificios requeridos para alcanzar la educación que nos permita vivir en la sociedad justa que queremos.  Conviene saber quiénes somos; la diversidad, riqueza, talentos y oportunidades que tenemos; los conflictos y dificultades que afrontamos y atrevernos a integrar el equipo de los que nos levantamos una y otra vez, de los que creemos que lo técnico y lo político se pueden equilibrar y que tal como lo plantea Habermas, podemos articular públicamente los intereses de la sociedad definiendo y promoviendo intereses colectivos mediante la deliberación, la reflexión y la participación.


Es tiempo oportuno de creer más en nosotros mismos y de asumir lo público porque lo público es tuyo, te pertenece y te necesita para poder construir una sociedad con sentido común.

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